Un material “biodegradable” es aquel que puede descomponerse en elementos químicos naturales por la acción de agentes biológicos como las bacterias, las plantas o los animales, junto con otros agentes físicos como el sol o el agua, en condiciones ambientales que se dan en la naturaleza y que transforman estas sustancias en nutrientes, dióxido de carbono, agua y biomasa. Es decir, compuestos simples e inocuos que sirven de nutrientes en el medio.